Tenemos
como costumbre, que es también una idea de este cuerpo deliberativo, de poder traer
a la memoria y recuperar diferentes hechos históricos que no están tan lejos de
nuestra vida contemporánea y que de alguna manera nos marcan y nos siguen
marcando todavía. El 10 de Junio pasado se cumplió un aniversario más de la designación
del gobernador de las Islas Malvinas, Luis Vernet. En ese hecho se demostró la
voluntad clara y concreta del ejercicio pleno de la soberanía de nuestro país,
ya liberado de todo yugo colonial. Ese 10 de
Junio de 1829 el gobierno de la provincia de Buenos Aires designa a Luis
Vernet justificando así la posesión del lugar como parte del territorio argentino,
que se heredaba de las posesiones que en su momento tenía España. Hay que recordar
que ya éramos un país, una nación soberana, y que ya no existía ninguna manifestación
de colonialismo en el continente porque tres años antes, en 1826, ya había
sucedido la batalla de Ayacucho, comandada por el Mariscal Sucre. Por lo tanto
esa nación nueva, que era nuestra Argentina, empezaba a ejercer plenamente todo
su derecho soberano sobre toda la extensión de su territorio que había heredado
en ese momento.
Quiero
recordar un informe que reivindica la soberanía de nuestras Islas Malvinas. Tal
reivindicación tiene asidero absolutamente en todos los niveles jurídicos, históricos
y políticos. Se trata de un trabajo muy interesante de la Academia Nacional de
Historia, en el cual define claramente nuestros antecedentes históricos, recoge
cuáles fueron los fundamentos para designar a Vernet ese 10 de Junio de 1829
como gobernador de nuestras islas, dice: “hallándose justificada aquella
posesión por el derecho del primer ocupante, por el consentimiento de las
principales potencias marítimas de Europa, por las adyacencias de estas islas
al continente que formaba el Virreinato de Buenos Aires, de cuyo gobierno
dependían. Por esta razón habiendo entrado el gobierno de la República en la
sucesión de todos los derechos que tenía sobre esta provincia la antigua metrópolis
y de que gozaban sus virreyes, ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas
Islas sus puertos y costas”. Con estos fundamentos se designa a Vernet. Pero
unos años después una fragata militar inglesa llamada “Clio” el 3 de enero de 1833,
si no me equivoco, de manera unilateral, con el único argumento de la fuerza
desalojan y despojan de la posesión a los legítimos ocupantes, a los legítimos
gobernantes de las Islas y comienzan ese ejercicio de usurpación, aprovechándose
de una República que estaba en nacimiento. Nótese que el único argumento que
tiene el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte es la fuerza. Y viene
bien recordar todo esto y hacer alguna mención a nuestros títulos que avalan
nuestra posesión legítima. Porque jamás la Argentina renegó de esas posiciones
ni tampoco aceptó esa usurpación. Y gracias a eso en los años subsiguientes se
obtuvo una gran victoria diplomática y todos los años se tiene una gran
victoria diplomática. En 1.965 se vota la resolución en Naciones Unidas que reconoce
un conflicto por la soberanía de Malvinas y no se le reconoce autodeterminación
a los ocupantes actuales. Constantemente todas las Repúblicas libres continúan
apoyando el reclamo justo y soberano de nuestras Islas Malvinas. Hace poco se
conmemoró la guerra de Malvinas donde muchos argentinos murieron dando la vida
por esa causa, y que nos trae a Malvinas un poco más acá. Ya no es la
usurpación de 1833, ya no son las negociaciones que hubo con el Reino Unido reconociendo
la soberanía a la Argentina; sino que también tenemos un hecho histórico que
desafortunadamente fue llevado adelante en condiciones que solamente tenían y
procuraban intereses políticos y económicos para justificar un gobierno
dictatorial. Pero esos soldados que fueron, pelearon, murieron y los que
sobrevivieron y los que tuvieron que sobrevivir mucho después de la guerra, son
héroes de la Nación. Y hoy esta ese reconocimiento porque además esa lucha
tampoco mancha ni disminuye ni afecta en absoluto los títulos justos que tiene
la Argentina sobre Malvinas. La guerra no lo afecta, la comunidad internacional
sigue reconociendo permanentemente nuestros derechos. De la misma manera que se
perdió la guerra militarmente, todos los días, años tras años, en cada
resolución de las Naciones Unidas la Argentina vuelve a ganar una batalla
diplomática que sin dudas va a tener como destino la definitiva recuperación de
parte de nuestro suelo patrio. Ese recuerdo entonces y nuestro reconocimiento
pleno, absoluto y permanente a nuestros soldados que pelearon en esa guerra.
De paso también hoy, porque justamente también
hoy, 12 de Junio, se recuerda, hoy también una historia de lucha. Un día como
hoy de 1956 se fusilaba al General Valle. El fusilamiento de Valle es uno de
los episodios más sangriento y terrible de nuestra historia pero no el único. En
ese momento se había depuesto el gobierno del General Perón, también con
bombardeos y muertes. Y el General Valle y el General Tanco, los dos leales a
la segunda gran experiencia democrática de la Argentina (la primera la de
Irigoyen que incorpora a la clase media y a los grandes sectores que excluidos
por aquella generación conservadora, aristocrática y oligárquica) y segunda
gran incorporación de derechos y de participación no solamente en el voto, que
también se vio reflejado en el voto femenino, sino también en los derechos
sociales, en la participación obrera que alcanza el 50% del producto bruto
interno. Toda esa gran experiencia democrática que empezó en 1.945, termina con
estos fusilamientos sin juicios previos. La revolución de ese momento
encabezada por Valle y encabezada por Tanco, la inician porque se mantiene
fieles a las instituciones democráticas y al gobierno destituido. La llevan
adelante obreros, lo llevan adelante jóvenes, y militares. Ese día el dictador Aramburu
se había tomado unas vacaciones. Había delegado al Almirante Isaac Rojas todo
el operativo. A través de las fuerzas de
inteligencia detectan esta insurrección y no la frenan, deja que suceda, dejan
que suceda porque querían fusilar, querían matar, por eso nosotros no reconocemos
la revolución como libertadora sino como fusiladora. Fusilan a obreros el 9, el
10, el 11y el 11 fusilan en Campo de Mayo. A mí me gusta decir el nombre de la
gente que es fusilada porque es una reivindicación. En Campo de Mayo se fusila
a Córtinez, Ibazeta, Cano, Caro, Videla y Noriega, pero fueron los únicos de
los fusilados, de todos los fusilados que hubo, fueron los únicos que fueron
sometidos a un juicio. Y el juicio no los declara culpable, o por lo menos no
ordena el fusilamiento. Sin embargo, el ministro de ese 10 de Junio, el
Ministro Osorio Arana, cita al militar que tenía a cargo el fusilamiento y le
dice que hay que fusilarlos igual. La orden es fusilar, pero tenemos la orden
judicial que dice que no hay que fusilar, bueno la orden es fusilar. La mujer
de Ibazeta, Susana Ibazeta y los 5 hijos van a la Residencia de Olivos para
solicitarle al Presidente Aramburu que no fusile a su marido y a quienes estaban
ahí y cuál fue la respuesta: “El Presidente duerme”. El 12, al ver tantos
fusilamientos el 12 de Junio, un día como hoy, el General Valle siente la
responsabilidad y se entrega. Se entrega. El estaba en la clandestinidad y la
decisión fue: fusílenlo sin juicio previo ni absolutamente nada. Yo quiero
recordar algunas de las palabras de Valle ese día, cuando le notifican que
efectivamente va a ser fusilado a pesar de que su hija y su mujer pedían
clemencia por él. Y recuerdo a Dorrego que tampoco quiso ser escuchado por Lavalle,
cuando Lavalle ordena su fusilamiento. Dorrego le dice, yo quiero hablar con Lavalle,
se lo pide a Viamonte y “la espada sin cabeza” (así llamaban a Lavalle) le
niega ese parlamento antes de morir. Y qué dice Valle, nada diferente a lo que
dijo Dorrego en esa época: “Dentro de
pocas horas usted -le dice a Aramburu-
tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo mi palabra la declaración
fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y militares,
movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido. Para
liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y
sacrificarnos luego fríamente. Nos faltó astucia o perversidad para adivinar la
treta. Con fusilarme a mí bastaba. Pero no, ha querido usted escarmentar al pueblo.
Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija a través
de sus lágrimas, verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo.
La mujer de ustedes, hasta ellas, verán asomárseles por los ojos sus almas de
asesinos. Y si les sonríen y los besan será para disimular el terror que les
causan. No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido.
Defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una
minoría oligárquica en pugna con la verdadera libertad de la mayoría y un
liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones cristianas de nuestro País.
Todo el mundo sabe que la crueldad en los castigos la dicta el odio, solo el
odio de clase o el miedo. Como tienen ustedes los días contados, para librarse
del propio terror, siembran terror. Nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de
mentiras contradictorias y ridículas con que el gobierno trata de cohonestar
esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias de sangre. Ruego a Dios que mi
sangre sirva para unir a los argentinos ¡Viva la Patria! Juan José Valle
(General de División Buenos Aires 12 de Junio de 1.956)” Pero el presidente Aramburu duerme, no oye y
lo fusila.
Un
diputado peronista, José Gobelló, preso por el gobierno militar recuerda ese
“El Presidente Duerme” y escribe unos versos que el maestro Norberto Galasso, cita
en su gran Historia de la Argentina que recomiendo con fervor. Dice:
“El
llanto se desata frente a las altas botas.
-calle,
mujer, no sea que el llanto lo despierte
-solo
vengo a pedirle la vida de mi esposo….
-El
Presidente duerme…
Tras
las bocas mudas laten hondos clamores.
-¡Cumplan
con su deber y que ninguno tiemble
De
frio ni de miedo!...¿En una alcoba tibia
El Presidente
duerme!...
-¿oh
callen, callen todos!
Callen
los estadistas, los prelados, los jueces.
El
Pueblo ensangrentado se traga las palabras
Y el Presidente
duerme.
El
Pueblo yace mudo como un ajusticiado
Pero
bajo el silencio, nuevos rencores crecen.
Hay
ojos desvelados que acechaban en la sombra
¡Y el
Presidente duerme!
La
Historia de Malvinas, Dorrego y Valle es la Historia de nuestro pueblo, y es
una sola. Muchas gracias.
Concejal
Sergio Carciofi, sesión ordinaria del día 12 de junio de 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario