sábado, 21 de marzo de 2015

10 de diciembre de 2013 / Sesión preparatoria / Discurso de asunción a la banca de concejal


Concejal Sergio Fabio Carciofi (FPV-PJ)
Hoy renovamos una vez más el Honorable Concejo Deliberante de nuestra ciudad, como también hoy se renuevan cientos de autoridades elegidas por el voto popular. Y se renuevan dentro del pleno ejercicio de la vida democrática que ya lleva treinta años ininterrumpidos. 

Y esto es lo trascedente en esta noche: que en nuestro país renovamos una vez más a los representantes del pueblo. Y lo hacemos en un concurso de emociones, sacrificios, anhelos, esperanzas tan humanas como la irrefrenable voluntad de progresar en la vida.

Porque la vida es voluntad que desea proyectarse al mundo para realizarse en la FELICIDAD propia, del prójimo, del pueblo. 

Los antiguos griegos tenían una idea más completa de lo que hoy entendemos por FELICIDAD, aunque también más auténtica, ellos la llamaban eudaimonia. Este término no se refería a la felicidad de alcanzar riquezas, honores, fama. Más bien la felicidad consistía en la práctica de la VIRTUD.

Es interesante el concepto porque a la VIRTUD así entendida, como una práctica, un ejercicio para llegar a la FELICIDAD, la componen ciertas cualidades como la PRUDENCIA, VALENTÍA y MODERACIÓN; pero también la JUSTICIA.
De modo que la JUSTICIA, gracias a los antiguos, se nos revela como una PRACTICA DE LA VIRTUD.
Y la VIRTUD, en tanto práctica, nos proporciona una ÉTICA: es decir una descripción de los valores que constituyen al hombre y, en consecuencia, erigen los pilares de la DEMOCRACIA. 

Por lo tanto, la DEMOCRACIA, en su esencia exige la práctica de la JUSTICIA que, a su vez, lleva consigo la búsqueda de la FELICIDAD. 
Un hombre que fue presidente de la Argentina tres veces (en 1946, 1952 y 1973), e inauguró el segundo período verdaderamente democrático de la historia moderna argentina, después de don Hipólito Yrigoyen, decía: “yo soy de los hombres que piensan que el que gobierna ha de tener en su alma el sentido innato de justicia. Sin esa condición, ningún hombre puede hacer un buen gobierno y debe tener también en su corazón el amor al prójimo”. 
Lo que entiendo que Perón manifiesta aquí es que SIN EL SENTIDO DE LA JUSTICIA LA LEGISLACIÓN SOLO TIENDE A RATIFICAR UN SISTEMA DE PODER. De modo que es necesario que “los valores humanos justos (decencia, amor, bondad y compasión)”, como sostiene Noam Chomsky, puedan verse representados en la legislación existente de un sistema democrático. 
Un gran ejemplo es Sudáfrica y un más grande ejemplo es Mandela. Él supo imponer entre las grietas de un sistema de poder injusto el sentido más visceral y pleno de JUSTICIA. No por nada ese hombre cambió la historia de Sudáfrica y el mundo. Oigan a los líderes actuales que en sus funerales dicen al unísono MANDELA ES UN GIGANTE DE LA JUSTICIA.
Nuestro sentido homenaje a MANDELA hoy.-
Entonces, es posible darle un lugar a la JUSTICIA. Un área de legislación bien plantado, un concejo deliberante honorable y bien plantado, es necesariamente un ámbito donde es posible darle lugar a la JUSTICIA. 
Se dice que John Lennon (otro gran hombre que hace dos días se recordó su asesinato), dijo una vez que en Gran Bretaña la diferencia entre laboristas y conservadores era minúscula. Pero Lennon inmediatamente añadió que esta diferencia muy, muy pequeña también era el espacio donde la mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas. Es decir, es necesario garantizar en todos los ámbitos posibles esos umbrales donde los conceptos de JUSTICIA, donde las preguntas acerca de la JUSTICIA, tengan lugar. Platón sostenía que “nunca beneficia más la INJUSTICIA que la JUSTICIA”. La JUSTICIA más precaria es siempre más beneficiosa que cualquier INJUSTICIA), porque donde no hay JUSTICIA, donde la INJUSTICIA tiene lugar, todo debate es un tumulto, hay incapacidad de obrar de acuerdo, no hay posibilidad de producir consensos. Dónde hay discordia y tumultos, hay siempre en el medio un interés INJUSTO.
Porque cuando el sentido de la JUSTICIA no encuentra lugar en los ámbitos de la democracia, los hombres ya no debaten, insultan; ya no consensuan o confrontan ideas, se destruyen mutuamente. 
En pocas palabras: cuando no hay oportunidad para la JUSTICIA, hay DESTRUCCIÓN. Entonces no hay posibilidad de sumar para el conjunto, de construir para todos y todas.
Hoy, este nuevo Concejo que asume y se conforma deberá hacer frente a los desafíos que el pueblo casarense nos ha planteado, y deberá hacerlo exacerbando el ejercicio de la JUSTICIA que cada vecino tiene en sus más sinceras convicciones.
Porque, ¿qué casarense de bien pretende NO terminar con la dañina situación del arsénico en el agua que debería ser potable?
¿Qué casarense que ame a su pueblo NO quiere que se realicen las obras de infraestructura que hagan posible que todos y TODAS tengan redes cloacales, pluviales, desagües?
¿Cuántos de nosotros prefieren negarle la posibilidad a otros vecinos que puedan acceder a LA CASA PROPIA?
¿Quién no quiere que las calles de su barrio estén asfaltadas, iluminadas y embellecidas?
¿Quién puede rechazar el desarrollo de una educación de excelencia que iguale en posibilidades a todos y todas?
¿Qué casarense que se enorgullezca de llamarse como tal no quiere un servicio de salud ágil, efectivo y de calidad?
¿Quién no está dispuesto a defender la salud de sus hijos y nietos del uso irresponsable de los agroquímicos?
¿Qué vecino casarense del campo no quiere que sus localidades tengan todos los beneficios y comodidades de la cabeza del partido?
NO creo que en este pueblo exista una sola persona que no quiera progresar en estos temas.
Todos perseguimos lo mismo: ser felices en la vida. Y no dudo un minuto que será posible realizar y cumplir los desafíos que se nos plantea, porque confío y conozco la calidad de hombres y de mujeres que integran este honorable concejo. En algunos casos me consta por haber trabajado juntos, y aún desde el disenso, con varios integrantes del bloque opositor. No creo, NO LO CREO, que alguno de ellos, como decía Néstor Kirchner, hayan DEJADO sus convicciones en la puerta de la Municipalidad.
La construcción de la democracia es dolorosa. Lo comprueban los episodios que nos tocó vivir en varios tramos de estos 30 años de democracia: Semana Santa, Tablada, privatizaciones que fueron despidos y hambre, los trágicos 19 y 20 del 2001, son algunos tristes ejemplos.
También hoy cuando parece que NUESTRA POLICÍA deja de ser POLICÍA para transformarse en un GRUPO ARMADO DE PROTESTA. Aunque en la lucha por el salario tengan absoluta razón, quien empuña las armas que le ha dado el pueblo SIEMPRE tiene una mayor responsabilidad por sus actos.
Se ha progresado mucho también. La Argentina es hoy un ejemplo para los DERECHOS HUMANOS, gracias a los juicios a las juntas iniciado por el gobierno de Raúl Alfonsin pero también, y sobre todo, por el trabajo y la decisión política del proyecto que se inició el 25 de mayo de 2003.
Pero si estamos dispuestos a no dar un paso atrás para defender el lugar que la JUSTICIA se ha ganado en cada ámbito de nuestro suelo, si damos prioridad y privilegio al consenso, al debate, a las ideas, a los hechos que incluyan a más y más a cada paso; todo trago amargo valdrá la pena.
Sin embargo, se me hace la idea de que la tarea de construir democracia y más democracia requiere un trabajo de alquimistas. Porque es la persecución de lo imposible, porque es la búsqueda de una piedra que pueda ser indestructible. Es el tránsito que transforma a las cosas en perfectibles. Nuestra democracia no es perfecta y, tal vez, nunca lo sea. Pero en la búsqueda, en ese caminar hacia el encuentro de esa piedra imposible de destruir, podemos construir una realidad que cada vez se acerque más y más a la perfección, aunque cada paso nos parezca imperceptible.
Y nuestra responsabilidad, en este punto, resulta decisiva y más aún si nuestro rol como concejales representa a la voz del vecino casarense. 
Somos el pueblo deliberando. Y en tanto tal, tenemos que dar el debate con vocación transformadora en el recinto pero también en cada casa, barrio, institución. Porque nosotros somos hombres interesados por la política, “probablemente el tema más crucial de nuestra existencia”, decía Foucault. Y la política es por definición transformadora. 
Cuando se quiso detener los procesos políticos, cuando se quiso conservar el statu quo, se atacó PRIMERO EL EJERCICIO LIBRE DE LA POLÍTICA.
Sra. Presidenta: estamos acá para promover ideas que se transformen en proyectos para un solo fin: LA TRANSFORMACIÓN DE CARLOS CASARES Y LA FELICIDAD DE LOS CASARENSES.
PORQUE LA FELICIDAD, LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD, ES UN ACTO POLÍTICO DE JUSTICIA. ¿Qué otra cosa puede ansiar un hombre?
Pero para llegar a esto no hay que perder la sensibilidad, el humanismo, no hay que perder de vista al HOMBRE.
Decía Joseph Conrad, en una bello pasaje del prólogo de una de sus grandes novelas que: “El pueblo es un hombre que lleva tras de sí el peso de incontables generaciones, sin parentesco del cual presumir…” Es decir, detrás de toda institución, proyecto o ignominia hay un hombre que trabaja, lucha y sufre. Las generaciones son su historia, su facticidad (diría Sartre) lo que hoy puedo decir lo que soy como hombre. La ausencia de parentesco es la ausencia de privilegios. Porque el pueblo, por ser un hombre, siempre es un igual ante la historia.
Hace treinta años nuestro país recuperó la democracia. Hace treinta años en este mismo recinto asumieron los primeros concejales casarenses que, como hoy nosotros, se les planteaba el desafío de reconstruir y construir una democracia que, en ese momento, aun cuando se había recuperado, no se sabía qué destino llegaría a tener. Tampoco cuanto iría a durar. Frente a su gestión y frente a su banca estaba la gran responsabilidad de empujar cuesta arriba un carro cargado de pesados problemas sociales, políticos y económicos que se heredaron de la dictadura más sangrienta que recuerde nuestra historia y la historia del mundo.
Pasaron treinta años y hoy estamos acá, en democracia.
Ese día, un día como hoy, el 5 de diciembre de 1983; en sesión preparatoria, como hoy; el día que los primeros concejales asumieron, como lo hicimos hoy, un integrante del bloque peronista, aunque ese día en minoría, como oposición, es decir muy distinto al día de hoy; un médico de 39 años frente a la incertidumbre del porvenir, frente al desafío de construir una democracia a la que le faltaba, para la gran mayoría del pueblo, hasta su propio significado, se comprometió y comprometió a este recinto de la siguiente manera (cito textual): 
Concejal Sergio Humberto Carciofi - 1983 (2da. fila pared)
“practicaremos (la labor legislativa) con la grandeza de colaborar en la construcción, configuración y consolidación de una democracia tan sólida y granítica como la piedra indestructible para que nunca nadie se anime a conspirar desde las sombras con el intento destructivo de un golpe de estado”
Y claro que lo hicieron, lo hicieron esos concejales y también los concejales que lo sucedieron y también nosotros lo hicimos con nuestra militancia y también los casarenses que hoy nos acompañan desde la barra y todos y cada uno de los vecinos de nuestro querido pueblo HICIERON QUE HOY NUESTRA DEMOCRACIA SEA MÁS FUERTE.
Parece que esa piedra que es la democracia hoy aparece más que fortalecida, más endurecida, más firme y sólida para enfrentar los ataques destructivos del autoritarismo y la intolerancia.
Y así seguiremos, luchando.
Finalmente, quiero hacer propias y que vuelvan a retumbar en este recinto como si fuera la primera vez, también la siguientes palabras que Sergio Carciofi, mi padre, ese médico de 39 años, dijo hace treinta años aquí, un día como hoy, como una arenga para el futuro (cito textual):
“Únicamente con la participación activa que nos otorga por derecho la representatividad de un pueblo, podremos configurar la solidez de la piedra indestructible, para reclamar como los antiguos el grito deseoso de ¡LARGA VIDA! a nuestra democracia”.

Muchas gracias.

Sergio Carciofi, concejal del Frente para la Victoria, Carlos Casares. 10/12/2

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