sábado, 28 de marzo de 2015

20 de marzo de 2014 / Sesión Especial / Discurso del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

Hoy vinimos hacer “MEMORIA” (conmemorar: hacer memoria) y en busca de esa memoria me permito citarles una reflexión que escribí el día de la muerte de Raúl Alfonsín, el 31 de marzo de 2009. Ese día recordé la significación de toda aquella época en que él se erigía como el primer presidente de la democracia recuperada y pensé: ¿qué me pasaba cuando los milicos se fueron? Tenía 14 años, había vivido la vuelta y la muerte de Perón, el trágico gobierno de Isabelita, el temor a salir a las calles de la Ciudad de La Plata donde vivía porque mi padre estudiaba medicina, los comentarios acerca de personas que ya no estaban, “algo habrán hecho” decían, los retenes de soldados en la ruta ─recordaran que para pasar siempre había que estar siempre con las luces encendidas del interior del auto─, el ruido de bombas, disparos por las noches y hasta la intempestiva ocupación de militares en la escuela donde yo estaba haciendo mi primer grado. Fue la primera y única vez que vi militares con armas delante de alumnos formados en lugar de Maestra o Maestros. Recuerdo que ese día un compañerito me decía: “están buscando a un chico que tiene una pistola de agua”. Después no se qué pasó, porque entro mi madre rápidamente, desesperada como todas las madres en ese momento, me agarró del brazo y me sacó corriendo al tiempo que le gritaban: “señora no corra, vaya caminando que le pueden disparar”. Puedo ver aún esas caras desencajadas de los chicos y también de las madres desesperadas. Recuerdo también el mundial 78, el gauchito, la canción que comenzaba diciendo “veinticinco millones de argentinos jugaremos el mundial” la televisión color de un vecino y la emoción de ver al Increíble Hulk en color verde. ATC (Argentina Televisora Color) No puedo olvidar que pertenecen a esa época los almuerzos de Mirtha Legrand y el anuncio de un Tiempo Nuevo de Bernardo Neustadt y Mariano Grondona. Los dos brazos en  alto de Videla festejando la copa del mundo. Hoy ver esa foto otra vez parece hacerme sentir y vivir el horror que en ese momento ignoraba. Las Malvinas son Argentinas, el Comunicado del Estado Mayor Conjunto Número Uno, la plaza llena con Galtieri y los comentarios de los Sea Harrier abatidos. Todo eso nos llenaba de emoción y fantasía pistolera en los campitos del barrio, y además con ese jingle televisivo: Argentinos a Vencer nos ponía la piel de gallina. Y era para festejar y sentirse orgullosos el ser argentinos porque habíamos ganado el mundial ¡y le estábamos ganando la guerra nada más ni nada menos que a los ingleses!
También mis primeros años fueron tiempos de uniforme, de disciplina, de no preguntar, de no hablar mucho, todo era natural, la palabra patria, con la pe bien marcada, los himnos a la Banderas, a San Martin y sus laureles. No a sus glorias, a sus laureles pintados. Y presidentes con uniformes. Uniformes en las calles, uniformes en las Escuelas y uniformes, uniformes y uniformes que explicaban todo, porque no había nada que entender. Mejor era desentenderse. Después comencé a escuchar que los milicos se van y ahí empecé a preguntar. Todo el mundo se empezó a preguntar qué había pasado. Lo que había pasado es que se había roto no solamente un periodo constitucional, se había roto lisa y llanamente con el ordenamiento jurídico. Hay que hacer una distinción entre Sistema Jurídico y Ordenamiento Jurídico: el Sistema Jurídico es un conjunto de normas dado en determinado momento, el Ordenamiento Jurídico es una sucesión de Sistemas Jurídicos. Ahora bien, ¿qué era el Estatuto de Reorganización Nacional? No era un nuevo sistema de normas que venía a progresar en el tiempo para enriquecer nuestro Ordenamiento Jurídico. No. Era la interrupción de toda legalidad. Y tal es así que se suspende la actividad política, se suspenden los derechos de los trabajadores, se intervienen los sindicatos, se prohíben las huelgas, se disuelve el Congreso, se disuelven los Partidos Políticos, se destituye la Corte Suprema de Justicia, intervienen la CGT, intervienen la Confederación General Económica, suspenden la vigencia del Estatuto Docente (en este recinto hay docentes, lo recordaran), clausuran los locales nocturnos, ordenan el corte de pelo para los hombres, queman miles de libros y revistas considerados peligrosos, censuran los Medios de comunicación, se apoderan de la mayoría de los organismos públicos y privados ¿Y con qué razón? ¿Cuál era la razón? ¿Cuál era la justificación última de todo esto? La justificación última de todo esto era la Doctrina de Seguirdad Nacional que vino a reemplazar la Doctrina de Defensa Nacional. Y acá hay que hacer una distinción clara y precisa ¿Qué es la Doctrina de Seguridad Nacional? Es un aumento de la guerra fría. Estados Unidos de Norteamérica necesitaba controlar la vida interna de cada país entonces: interviene en la seguridad nacional de los países, interviene para controlar las ideologías. Tratar de controlar los comportamientos, tratar de controlar todo y si no se controlaba había que eliminar todo comportamiento, todo comportamiento que no se ajuste a esa doctrina de seguridad nacional. Porque el comunismo era una amenaza y porque justamente además todo esto pertenecía a un alineamiento directo en esa guerra fría. Y bueno, ¿si no lo controlaban, qué hacían? El General Ibérico Saint-Jean, gobernador de la provincia de Buenos Aires en Mayo de 1977, le preguntan esto y contesta: miren si no lo controlamos, primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida aquellos que permanecen indiferentes y finalmente mataremos a los tímidos. La Doctrina de Seguridad Nacional reemplaza la Doctrina de Defensa Nacional, que tenía como hipótesis la actuación militar en caso de agresión externa. Ahora la Doctrina de Seguridad Nacional lo que nos impuso fue la actuación militar en caso de inseguridad o ataque interno. La Doctrina de Defensa Nacional, tenía que ser una economía autosuficiente, por eso intervenía el Estado en la economía. En cambio en la Doctrina de Seguridad Nacional se dejaba en un segundo lugar la cuestión económica, que quedaba en manos del mercado, porque la cuestión económica tenía que estar subordinada a esa guerra interna, que después se llamó “Guerra Sucia”. Es muy interesante ver cómo es posible interrumpir un Ordenamiento Jurídico. Es muy interesante analizar cómo un militar puede o cree tener el derecho de gobernar un país y terminar con todas las leyes de ese momento. Es para pensarlo. Porque muchos dicen y a veces se sigue oyendo por ahí que tienen que volver los militares. Es imposible desde el punto de vista jurídico internacional que vuelvan los militares, no hay justificación alguna, no lo había en ese momento y no lo hay ahora. ¿Por qué no lo hay ahora?  Porque ahora, luego de la Reforma Constitucional de 1994 que le da jerarquía constitucional a la Convención Americana de Derechos Humanos, entre otros tratados internacionales, no es posible en el derecho Interno cubrir con argumento alguno, avalar con ninguna normativa legal interna y desde ningún punto de vista jurídico las violaciones a los Derechos Humanos. Hay responsabilidad internacional del Estado, aun justificándolo legalmente con esas leyes, no se puede invocar al derecho interno para incumplir los tratados de Derechos Humanos. En este sentido creo que ni en ese momento ni ahora encontraban algún tipo de justificación. Y esto tiene una justificación histórica también, porque la regla del Siglo XX fue la excepción. Es decir, mecanismos legales de excepción al cumplimiento de la regla, es decir, la Constitución no se puede aplicar, entonces para aplicarla hay que suspenderla y así se justificaron en el Siglo XX  gobiernos totalitarios en Alemania, en Italia, el franquismo en España, el colonialismo en África, y las dictaduras militares en Latinoamérica. También el Acta Patriótica dictada por los Estados Unidos después de las torres gemelas. Es decir, no estamos exentos de pasar por una cosa igual nuevamente, hay que estar atentos en ese sentido. Entonces, ¿qué paso? Hubo secuestrados, torturados, asesinados, y desaparecidos tal como lo había prometido ese nefasto gobernador de la provincia de Buenos Aires en esos tiempos. El 70% de los desaparecidos fueron trabajadores, los restantes, gran parte estudiantes. Los estudiantes, como decía algún ministro de bienestar social fueron desaparecidos “por exceso de pensamiento” (?) Me gustaría que después piensen que significa “exceso de pensamiento” y hagan el ejercicio de buscar una respuesta. Se atacaba justamente eso: la libertad de pensar, ¿Qué paso con toda esta situación insostenible? Llega un momento en que se pierde la guerra, la situación económica declina y la lucha de muchísimos argentinos revierten la situación y entonces vuelve la democracia y hay mucha gente en la calle, ¿y por qué hay tanta gente en la calle?, ¿qué paso? Ganó Alfonsín y es el nuevo presidente, un presidente Radical, ¿no era que iban a ganar los peronistas en ese momento? ¡Cuánta gente en la calle! Parece una fiesta. Se puede salir…, vamos entonces, mañana asume el nuevo presidente y hablará desde el Cabildo. Lo vemos en colores y Alfonsín habla con su bastón y con la banda presidencial, ¿pero qué pasa? No entiendo ¿Por qué el Presidente no lleva uniforme?  Porque no es militar ¿Por qué no es militar? ¿Por qué los presidentes usan saco y corbata, no tienen que usar uniforme?
Ese saco y corbata en la conciencia de los chicos de esa época despertaron a los dormidos, volvieron los que se fueron, gritaron los silenciados, hubo fiestas en las calles, peñas, bailes, música, rock nacional, la dicha en movimiento, guitarreadas en las plazas, comités, unidades básicas, centros de estudiantes, debates, charlas, marchas, banderas, películas, libros, militancia, mucha militancia, política, mucha política, se notaba la alegría en las calles y la conciencia en las casas, hubo noticias horribles y con ellas más preguntas, muchas preguntas con muchas respuestas. Nos enteramos que había más partidos políticos y opiniones y pensamientos. Con el saco y la corbata del presidente, vinieron los gobernadores, diputados, intendentes y concejales, todos elegidos por el pueblo. Las municipalidades estaban abiertas y debatimos la educación en el Congreso Pedagógico, el Nunca Más y el Juicio a las Juntas. Hicimos vigilia en esa Semana Santa porque todos casi sin darnos cuenta que nos estábamos dando cuenta, aprendíamos a defender la Democracia. Esa democracia que era de saco y corbata y que representaba en ese momento Raúl Alfonsín.
Por último quiero hacer una reflexión corta pero muy importante: hoy hace diez años el ex presidente Néstor Kirchner, en el Colegio Militar, le dijo al jefe del ejército: proceda a bajar los cuadros, proceda a descolgar los cuadros de los dictadores y genocidas Videla y Bignone. Más allá del poder simbólico que ese gesto tuvo, de quitarle el honor a un militar, más allá del hecho de que un presidente constitucional le ordene a un militar, al jefe del ejército, claramente: baje esos cuadros, póngase en su lugar. Más allá de esto, lo que hizo Néstor Kirchner con ese gesto es decir: usted, jefe del ejército, está sometido a la constitución y las leyes, su comandante es un presidente electo por el pueblo por lo tanto está sometido al pueblo. Más allá de toda esa carga simbólica, hay una realidad concreta que fue ese proceda a cuidar la democracia y procedan todos a llevar adelante todas las tareas tendientes a cuidar esa democracia, procedan a reiniciarse los juicios y procedan a terminar con la ley de Obediencia de Vida, con el Indulto y procedan a llevar adelante los Juicios por la Verdad y la Justicia, y procedan a encarcelarlos en cárceles comunes y procedan a trabajar, a militar, a participar en política, a comprometerse, a no esconderse, a decir las verdades, a defender lo que es de todos, que es la Libertad, que es la Justicia, que en definitiva es nuestra propia vida. Entonces en esta noche me gustaría despedirme con dos palabras una que ya es de todo el pueblo argentino “NUNCA MÁS” pero también, Señora y Señores ¡PROCEDAMOS! Gracias”.-

Concejal Sergio Carciofi, sesión especial del día 20 de marzo de 2014

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