El Cabildo Abierto Juan Manuel Blanes (1830 - 1901) |
Hoy 22 de Mayo quiero partir de una
cita del historiador Norberto Galasso: “La historia es política pasada y la política
la historia del presente”. Porque los procesos históricos son frutos de
ejercicios políticos del pasado y nuestra política es la historia que estamos
forjando para el futuro.
En un día como hoy me gustaría hacer
una reflexión sobre ese 22 de Mayo y la importancia trascendente que tuvo,
tiene y tendrá. Me gustaría recordar algunos hechos históricos y repasarlos
rápidamente hasta llegar a ese 22 de Mayo y cuáles fueron las razones del
alcance histórico que justifica hoy la conmemoración que hacemos.
El 14 de mayo de 1810 llega a Buenos
Aires un buque Inglés y trae la noticia definitiva de que la Junta Central de
Sevilla se disolvió. En realidad no se disolvió por voluntad propia. La Junta
Central de Sevilla quería capitular ante Napoleón pero el pueblo español no se
lo dejo. Y, como consecuencia, sacaron corriendo a sus integrantes y la
disolvieron. Muchos de esos integrantes se escaparon a refugiarse en buques
Ingleses y hasta el presidente de la Junta fue linchado y casi muerto. Esta
noticia, cuando llega al Río de la Plata, a Montevideo después a Buenos Aires,
se extiende de boca en boca, se exagera un poco, los impresos proclaman y exaltan las opiniones, pero nada se dice, y
esto es muy importante, de que en la Isla de León en España se había
establecido un consejo de regencia que reemplazaba como autoridad a esa Junta
Central disuelta. Entonces: ¿Por qué se hizo la Revolución de Mayo?, ¿cuál era
la razón, la justificación? ¿Por qué destituimos a un Virrey? La Revolución se hizo porque se creyó que no
había ninguna autoridad central en la península. Hacía rato Fernando VII había
sido encarcelado y obligado a renunciar a la corona de España y, al no existir
autoridad central, dejaba de existir todo tipo de autoridad también en el
Cabildo. Cuando se enteraron de la existencia de esta Junta, después del 2 de
junio, ya era demasiado tarde porque la Revolución ya había arrancado.
Ahora bien, ¿qué paso? Cuando se enteran de la
existencia de la Junta se organizan dos sectores bien definidos del futuro
gobierno patrio: por un lado el partido criollo, integrado por el pueblo y por
las milicias comandadas por Saavedra y, por otro lado, los intelectuales
carlotistas, afectos a la reina Carlota Joaquina que representaba en ese
momento la posibilidad real de independencia, de la mano de Vieytes, Rodríguez Peña, Paso y
algunos sarracenos de Álzaga como Larrea, Mateu y después Mariano Moreno. El 18
de Mayo, en dos casas, se reúnen estos nuevos sectores. Son dos sectores muy
diferenciados: el partido criollo quería derrocar al Virrey porque no quería
obedecer a las juntas integradas por afrancesados y aportuguesados (gente que
no representaba la natividad, la localía). Los criollos estaban integrados por muchos
nativos y había mucha fuerza en ese pueblo nativo. Buscaban refugiarse junto
con las milicias en el Rey depuesto porque representaba la posibilidad de no
obedecer a ninguna junta que se organice con esta gente aristócrata,
afrancesada, como decían ellos, o bien gente que nada tenía que ver con el pueblo
del Río de la Plata en ese momento. Por
otro lado los intelectuales (no Castelli y Belgrano, que ese día no estaban, llegaron
a Buenos Aires el 19 a la mañana) querían poder participar de un gobierno revolucionario
que le de la independencia de España, pero tenían el temor de que el pueblo con
sus milicias tomé acción propia y los deje afuera. Su popósito, en principio, era controlar y
dejar afuera al pueblo y a las milicias de entonces.
Los Criollos se reúnen en la casa de Viamonte.
Junto con Chiclana y Díaz Vélez, eran los jefes militares de Saavedra. Acuerdan
deponer urgente al virrey, pero Viamonte decide no avanzar si no viene
Saavedra, que estaba en la quinta de San Isidro. Llaman a Saavedra y entonces
le proponen tomar el cabildo.
Esa misma noche en la casa de Rodriguez Peña
se reúnen los intelectuales. Castelli y Belgrano no estaban, pero si todos los demás. Deciden llamar a Castelli y
a Belgrano para que vengan urgente para no permitir que el partido Criollo tome
el poder y los deje a fuera. Al otro día Castelli y Belgrano llegan
urgentemente, ¿y qué hacen? Deciden impedir la eclosión popular, ¿y cómo la impiden?,
convocando a un Cabildo Abierto, a una reunión de vecinos, ahí nace el 22 de
Mayo de 1810.
Una estrategia política, jurídica, de
los dos cerebros de ese día que fueron Castelli y Belgrano. Pero desprovista de
la manifestación del pueblo en su más visceral expresión que hubiera expulsado
directamente al Virrey. El 20 de Mayo llega Saavedra, pero cuando llega ya
había sido apalabrado por Castelli y Belgrano y acepta armar un cabildo abierto.
La idea fue tratar de calmar a la multitud y que no avancen. Ese mismo día el
Virrey llama a sus colaboradores y sobre todo porque confiaba en Saavedra que
era su jefe Militar, y le pide apoyo y le dice no podemos hacer este Cabildo,
¿y qué le Contesta Saavedra? Saavedra le contesta: “señor Virrey el que le dio
la Autoridad a Vuestra Excelencia para mandarnos ya no existe, de consiguiente,
tampoco Vuestra Excelencia la tiene, así que no cuente con las fuerzas a mi
mando”. Así lo escribe Saavedra en sus memorias. El virrey Cisneros lo cuenta
de otra manera un poco más amable pero el hecho concreto es que Saavedra le quita
el apoyo militar y a Cisneros no le queda otra que convocar y aceptar el
Cabildo Abierto.
El Cabildo Abierto se convoca para el
día 22, pero el 21 el pueblo se empiezan a movilizar a la plaza, junto con militares
del regimiento de Patricios y demás, y se distribuyen cintas blanca junto con
el retrato de Fernando VII.
¿Por qué el retrato de Fernando VII?
El Retrato de Fernando VII representaba la posibilidad concreta de expulsar al
absolutismo. Los criollos querían al Rey porque no querían las juntas
aristocráticas absolutas de Napoleón. De la misma manera que el pueblo criollo
se movilizó detrás la máscara de
Fernando también así lo hizo el pueblo español formando muchísimas juntas
populares en nombre de Fernando VII para así evitar las juntas absolutistas pro
napoleónicas.
El 25 de mayo los Patricios distribuyeron
cintas azules y rojas. Algunos dicen que la roja era porque estaban dispuestos
a dar la vida y el azul representaba el compromiso. Pero la verdad es que se
repartió cintas blancas (no celestes y blancas) porque el blanco es el color
argentino de la heráldica.
Mientras sucede todo esto el virrey,
ante la falta del apoyo militar de sus generales y la movilización popular,
decide convocar al cabildo. Pero dice, no voy a convocar a todos, voy a convocar
algunos, a los sectores aristocráticos. Y entonces reparte 450 esquelas
invitando a funcionarios, jefes militares, obispos, canónicos, profesores de
derecho y medicina, a los alcaldes de barrios, comerciantes y propietarios
principales. Se imprimieron 600 y se distribuyeron 450 y se anotaron, y se supo
que asistieron 251. Algunos no fueron ese 22 de mayo porque lloviznaba como
hoy. Lo sabemos no solamente por las crónicas de la época sino también por las
excusas de los que fueron invitados, como Pedro Díaz de Vivar que dijo no haber
podido ir porque llovía. Efectivamente ese día martes 22 de mayo de 1810 llovió
como llueve hoy.
Ese 22 de mayo organizan la reunión en
el balcón que da al frente del Cabildo, lo cierran con lonas. El virrey Cisneros
se pone en una punta junto con todos sus colaboradores y todos los demás se van
sentando en algunos bancos que fueron pidiendo a las Iglesias de alrededor.
Belgrano cuenta que había una porción de hombres que estaban preparados abajo,
para que, a la señal de un pañuelo blanco, procedan a atacar a los que quisiesen
violentarlos y tomar el cabildo o evitar cualquier resultado diferente. Estos
se hacían llamar “La legión infernal”, integrada por Guido, French y Beruti.
Ese día el Pueblo quedo afuera, el
mismo regimiento de Patricios se ocupó de cercar la zona y dejar acceder a
determinadas personas. El pueblo criollo ese día no pudo entrar, pero estaba
esperando el resultado. El debate fue interesante y quiero resaltar lo que dijo
el obispo: “un solo vocal de la Junta es suficiente para reconocerle soberanía
a España, si queda un solo vocal dando vueltas por España y se viene a Buenos
Aires, bueno ese vocal representa a la soberanía y nosotros tenemos que
respetar a España”. Castelli, que fue el orador de los revolucionarios, le dice
que del poder debe subrogarse la otra autoridad a la cual hablaba el Virrey,
que ya no puede ser la autoridad, que dependerá de si
la Metrópolis se salva de los
Franceses o, si no se salva, esa autoridad se transforma en independiente. El
abogado del virrey dice: “perfecto, estoy de acuerdo con Castelli pero los
vecinos de Buenos Aires solos no pueden resolver lo que compete a todo el
Virreinato entero porque estamos en Buenos Aires, pero el Virreinato del Rio de
la Plata tiene amplias extensiones y lugares que hay que preguntarles”. ¿Qué
hace el abogado? plantea una situación de incompetencia, acá la cuestión se
complica desde el punto de vista jurídico y también se complica la estrategia
del partido de los intelectuales. Esto es, se complica resolver la situación en
ese momento como lo habían pretendido Castelli y Belgrano, que pensaron en
dejar afuera al pueblo y resolverlo jurídicamente porque ellos que son los que
saben. Pero sabía más el abogado del Rey. Entonces lo miran a Paso y le piden que
los salve de esta, ¡sálvanos de este mal paso! Paso se levanta y sin saber qué
decir, se le ocurre lo siguiente: mire no siempre se necesita mandatos
expresos para fijar mandatos ajenos, entonces ante una situación de hechos hay
que responder con una gestión de negocios ajenos, con lo cual podemos suponer
que todo lo demás, todas la demás zonas del virreinato estaban en una situación
como la nuestra y ante la emergencia hay que actuar. Esa solución legal, la
gestión de negocios, salió ese día y finalmente fue lo que logró la votación
que depuso al virrey. No solamente se depuso al virrey del poder del Cabildo,
sino que además se subrogo la autoridad en el Cabildo y se votó a favor por 88
votos para que el Cabildo designe una junta de gobierno. Mitre cuenta que el
reloj del Cabildo toco la ultima hora de dominación española el día 22 de Mayo
de 1810, una figura literaria porque ese día no había reloj en el Cabildo y la
dominación española duro tres días más, hasta el viernes 25 de Mayo.
Después ya todos sabemos lo que pasó.
Y quiero volver a la reflexión inicial porque la historia nos cuenta que la Revolución
de Mayo ese día 22 depuso al virrey. Que la revolución la hizo gente decente,
gente acaudalada que quería romper el cerco comercial de los españoles, los que
pedían por aquella representación de los hacendados de Belgrano que reclamaba
el libre comercio, que gracias a la protección inglesa y el apoyo de Lord
Strangfort, en principio, y después de Canning fue lo que hizo lograr esa revolución.
Que las condiciones que generaron aquellos intelectuales ilustrados que
estudiaron y supieron volcar las nuevas creencia de la nueva república dentro
de los espacios y terrenos de la colonia española fue lo que logró la
revolución. Pero esta es la interpretación que nos quieren hacer creer en la
historia política y también muchas veces nos quieren hacer creer en la política
actual, que las cosas las hacen los ilustrados. Rosas en su momento hizo una
gran contribución rechazando la propuesta de Esteban Echeverría, de la generación del 37, que le
proponía a Rosas que controle al pueblo y que ellos, los que saben y quienes
estudiaron, se ocuparían de gobernar, como la república ideal de los griegos: los filósofos gobiernan y los ciudadanos controlan a los esclavos y
producen.
Pero no es así, hay que resaltar esas
situaciones porque la historia se va repitiendo muchas veces, como decía Marx,
primero como tragedia y después como farsa. El pueblo criollo en ese momento
hizo la revolución con fotos de Fernando VII y apoyando a Fernando VII porque
era la manera de evitar todas las Juntas y todas las estrategias que podían
imponer el absolutismo. El pueblo buscaba la democratización en ese momento de
una situación general de guerra que los sometía. Y lo hizo también alineado con
los mismos intereses del pueblo español. Es decir fue una revolución
democrática. San Martín vino a apoyar esa revolución democrática, y se apoyó en
el pueblo criollo, que no querían más afrancesados. Vino alineado con las ideas
mismas de Bolívar. Y los carlotistas, Castelli, Belgrano, todos ellos terminaron
por aceptar la máscara de Fernando porque se dieron cuenta de que la estrategia
popular era la que nos iba a salvar, el pueblo criollo y las milicias en ese
momento fueron el sostén concreto y posible que hizo que un día como hoy, un
martes 22 de mayo de 1810 por primera vez el virrey sea depuesto.
Para finalizar con una nota de color, y para ilustrar cómo se había definido popularmente
la Revolución de Mayo y demostrar que todo lo que dije es consecuencia de lo
que voy a leer ahora que es una fuente directa, una carta del 20 de mayo de 1810
escrita a la una de la noche que cuenta lo que pasó de la siguiente manera: “te
escribo porque acá quieren deponer al Virrey y además se me olvidaba decirte que en la
cancha de Sopoca hubo esta mañana otro sanquintín entre arribeños y vizcaínos.
Se jugaba un partido de pelota muy interesado en que se habían desafiado al
largo los paisanos el Blandengue, Cabecitas y Falucho, contra los vizcaínos Manopla,
el Toro y Narigueta (es decir los Criollos contra los Monárquicos. El partido
de pelota se jugaba con la mano, era como el tenis pero se le pegaba con la
mano y era muy popular). Cuando el partido estaba dudoso y pendiente de un
tanto más, el diablo del Blandengue agarró la pelota y de una volea la echó al
otro extremo de la vereda de enfrente, y como atravesó la pared de la cancha, Manopla
se quedó mirando sin poder arrestrarla, con lo que se armó una disputa
acalorada sobre si el partido estaba ganado o perdido por los paisanos. Los
arribeños, las castas y muchos Patricios del 3º Regimiento, que allí estaban,
tomaron la cosa por suya en favor de los paisanos; y de las disputas a los
trompis y a los cuchillos no hubo gran trecho que digamos. Hubo heridos y
estropeados, pero los nuestros, al grito de ¡viva la patria! quedaron dueños de
la cancha”
Como ven el pueblo criollo ya estaba
jugando su partida en todos los terrenos, también en el partido de pelota, por
la independencia definitiva de los españoles.
Muchas Gracias.
Sergio Carciofi, concejal FPV-PJ
IMPECABLE !!! Un placer poder disfrutar en cada Sesion de sus magistrales explicaciones de los hechos y las relaciones entre ellos, la multiperspectividad y la multicausalidad son fáciles de entender a través de sus palabras.
ResponderBorrarMuchas gracias Ana, sos muy generosa con tus comentarios. Abrazo grande.
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